
¿Es la Salud mental una asignatura pendiente en los colegios?
Las últimas cifras sobre incidencia de patologías de salud mental de niños y adolescentes
en nuestra sociedad han dado la voz de alarma, se ha pesquisado un aumento significativo
en los trastornos psicológicos, sin duda es una problemática que debemos abordar.
Actualmente sabemos que los establecimientos escolares, una de las primeras líneas de
educación, no están preparados para abordar este gran desafío. Se nos presenta hoy
como inminente la necesidad de integrar la educación emocional como un pilar más
dentro de la malla curricular escolar.
Solo a través de ella, podremos prevenir las problemáticas a nivel de convivencia escolar y
la incidencia de trastornos psicológicos; para si poder propiciar el bienestar integral de
nuestros estudiantes.
Junto con lo anterior, numerosos estudios demuestran que los procesos de aprendizaje
están altamente influenciados por los factores emocionales, en ocasiones potenciando y
facilitando el aprendizaje y en otras bloqueando la posibilidad de que ocurra.
Tenemos un llamado claro, hacernos cargo de la educación emocional de nuestros
estudiantes, pero ¿cómo enseñar una asignatura en donde la gran mayoría de los adultos
se declara analfabetos?
La invitación primero es a entender ¿qué es la educación emocional? La Educación
emocional es una poderosa herramienta, es un aprendizaje que favorece la búsqueda del
equilibrio interno que nos permite mantener nuestro bienestar. Nos ayuda a comprender
y gestionar nuestras emociones, favorece el desarrollo de la empatía afectiva con quienes
nos rodean, fomenta el autocuidado y el establecimiento de vínculos sanos y estables.
Indudablemente impacta en todos los aspectos de nuestra vida, facilitando el desarrollo
de un Autoconcepto positivo, del autocuidado y fortalecimiento de una sana convivencia
escolar; siendo un factor potente preventivo de los trastornos psicológicos, bullying y
violencia escolar.
Los establecimientos escolares deben ser permeables a integrar lineamientos claros de la
educación emocional e ir en búsqueda de implementar herramientas y estrategias que
favorezcan un abordaje atingente a los desafíos actuales y futuros de salud mental que
presentan sus estudiantes dentro del contexto escolar.

Presentación
En los tiempos actuales, los padres comprendemos que somos modelo y ejemplo para nuestros hijos, sabemos que somos responsables y podemos influir directamente en el desarrollo cognitivo, afectivo y social de ellos. Sobre nosotros recae una gran responsabilidad y desafíos que muchas veces se ve cruzado por obstáculos y dificultades que no sabemos como enfrentar.
Enorme es nuestra frustración cuando uno de nuestros hijos enfrenta dificultades para adaptarse a su entrono familiar, escolar o social, y sabemos que lo esta pasando mal y no sabemos cómo ayudarlo. Desplegamos todas nuestras mejores ideas para aconsejarlo y guiarlo para que su realidad cambie; y en ciertas ocasiones nos damos cuenta que nosotros también necesitamos ayuda.
La crianza es más que un listado de buenas pautas de manejo conductual, normas y limites adecuados a la etapa del desarrollo y refuerzos positivos. Existe una esencia más profunda en las relaciones que permite transformar las relaciones y reformular la forma que nuestros hijos perciben el mundo; esta esencia es el vínculo.
Desde un vinculo afectivo correctivo los padres o tutores nos transformamos en personas cercanas, confiables, que brindamos seguridad, cariño incondicional y guía a nuestros hijos; otorgándoles una base afectiva que les permite enfrentar, sobrellevar y resolver las dificultades presentes y futuras.
La Invitación es a buscar ayuda profesional antes que las dificultades nos superen y que los numerosos intentos fallidos ya nos hayan desgastado y afecten la relación con nuestros hijos.
Desde un enfoque familiar, como psicóloga clínica he acompañado hace más de 16 años a numeroso niños, adolescentes y familias en diferentes dificultades vivenciadas por uno o más integrantes del núcleo familiar. Guiándolos terapéuticamente para que logren trazar nuevas formas de relación y vinculación que les permita acercarse a una vivencia de mayor bienestar.
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El rol de los padres hoy en día
Las dificultades de ajuste a las normas y límites que presenten nuestros hijos, ya no podrán ser comprendidas desde un modelo rígido de la presencia o ausencia de la obediencia, sino que debemos rescatar elementos más profundos e incorporar la dimensión vincular, es decir cómo el niño ha ido aprendiendo a relacionarse con las personas de su entorno.
En este sentido, el estilo vincular de los padres con el niño impacta directamente en su desarrollo socio emocional ; y por ende en su aproximación, tolerancia y ajuste a los límites y normas impuestas por los adultos.
Es en esa dimensión en donde hay que producir los cambios que finalmente impactarán en las conductas y sensación de bienestar de nuestros hijos y entorno familiar.

Manejo de ansiedad en el encierro
Aparece la ansiedad como una alarma que nos alerta que existe una situación que esta vulnerando nuestra seguridad y debemos desplegar recursos para volver a sentirnos seguros.
En el caso de los niños, el cambio de rutina, el distanciamiento de sus seres queridos, el miedo a perder seres queridos son gatillantes del aumento ansiedad, lo cual se puede ver reflejado en conductas de ansiedad de separación, dificultades para consiliar o dormir solos, cambios bruscos del estado de animo, rabietas y habitos alimenticios menos saludables.
En los adolescentes, también le afecta lo anteriormente descrito, pero pasa a ser clave el temor a perder o distanciarse de su grupo de pares, se entorpece en el encierro la tarea de definición de su identidad, tienden a aferrarse con más fuerza a modelos de fantasía y en ocasiones se observa confusión en su declaración de identidad sexual. Lo anterior se visualiza en su distanciamiento extremos de la familia, estados de animo cambiantes, exacerbación de conductas impulsivas agresivas en el trato con quienes los rodean, ansiedad para enfrentar clases online.
Como padres es importante estar atentos a estos cambios en nuestros hijos y buscar formas de acompañarlos y apoyarlos durante este periodo para
que los altos montos de ansiedad disminuyan y no afecten finalmente en su estado del animo de forma más estable.