El enfoque sistémico obtiene sus bases teóricas desde la biología, en donde se acuña el concepto de sistema, el cual se entiende como un conjunto de elementos interrelacionados con un objetivo común. Esta concepción se extrapola a las relaciones humanas, es decir al ambito relacional. Se entiende que cada persona dentro de una familia interactúa con los demás miembros y se influyen mutuamente.

A diferencia de otros enfoques, el enfoque sistémico desde una mirada más holística, engloba la totalidad de los elementos del sistema para el análisis y diagnóstico de las problemáticas psicológicas, centrándose en las interacciones e interdependencias de los diferentes personas que conforman una familia. Inclusive integra elementos transgeneracionales.

En el enfoque sistémico se puede trabajar en un continuo que va desde el nivel individual hasta el familiar, permitiendo una variedad de posibilidades de trabajo terapéutico. En todos los casos, el foco de la intervención son la relaciones y las pautas interaccionales que se dan dentro de una familia.